Camilo Séptimo desató un ritual sonoro en el Palacio de los Deportes con su nuevo álbum Mapas, pese a la lluvia y el caos de la ciudad.

Ni la tormenta ni el caos de la ciudad pudieron frenar la energía de Camilo Séptimo, que anoche ofreció un concierto memorable en el Palacio de los Deportes. La banda capitalina logró convocar a miles de seguidores que desafiaron la intensa lluvia, los encharcamientos y el tráfico para ser parte de un ritual que combinó música, luces y emociones a flor de piel.
“Navegantes del amor y la paz”,
así llamó Manuel Coe a los asistentes.
Que, envueltos en impermeables y paraguas, llenaron casi por completo el recinto. La fidelidad de los fans de Camilo Séptimo quedó en evidencia: su público se entregó de principio a fin, demostrando que la conexión con la banda trasciende cualquier evento.
El espectáculo comenzó con una introducción de ópera que dio paso a un estallido visual en una gran pantalla, preparando el terreno para un viaje sonoro inolvidable. El setlist incluyó más de 20 canciones entre las que encontramos Ser Humano, Vueltas, Eres, Portales, Mándala, Contacto. Cada canción fue coreada a todo pulmón mientras un deslumbrante juego de luces y visuales sumergía al público en un ambiente casi cósmico.
Uno de los momentos más especiales llegó con las pulseras de luz audio rítmicas que la banda obsequió a los asistentes. Estas iluminaron el Palacio al compás de la música, creando un contraste mágico con las luces de los celulares que, lejos de restar, integraban al público en el espectáculo. La experiencia se movió entre lo humano y lo tecnológico, reflejando la esencia de su nuevo disco.















La noche también estuvo marcada por la presencia de invitados especiales como Los Two, Valdo Rodríguez y Sofía Thompson, quienes sumaron nuevas capas de energía al show. Además, Camilo Séptimo estrenó en este icónico escenario temas de su más reciente álbum Mapas, incluyendo Espejo, Nostalgia, Fractal y, por supuesto, Luna Roja.
“Exquisito»
definió Coe al público.
Y no exageraba: la conexión fue total. Para cerrar, la banda desató la emoción con Laberinto, Te Recuerdo, Vicio e Inevitable, sellando un concierto que quedará grabado en la memoria de los fans.
Al final de la velada, algunos asistentes se quedaron a las afueras del recinto para escuchar el encore de Zoé, recordándonos que, más allá de los géneros y las bandas, la música sigue siendo un ritual colectivo que nos une.
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