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Tláloc se hizo a un lado para que cantara Bunbury.

Enrique Bunbury ofreció un concierto inolvidable en el Estadio GNP de la CDMX, desafiando la lluvia con 24 canciones, visuales impactantes y un público entregado. Así se vivió su regreso con el Huracán Ambulante.

El miércoles 25 de junio de 2025, Enrique Bunbury, exlíder de Héroes del Silencio, se reencontró con su público capitalino en el Estadio GNP Seguros, frente a un lugar lleno a reventar.

Una tormenta intensa cayó antes del show, lo que complicó la llegada de miles de personas. Entre embotellamientos y charcos, la espera se alargó, pero Bunbury no salió hasta pasadas las 9:30 de la noche, como si hubiera esperado a que llegara más gente.

Desde las gradas, el ambiente fue animado desde temprano. A pesar del frío y ser mitad de semana, la banda no paró de cantar, hacer la ola y chiflar de emoción, hasta que por fin se apagaron las luces: sabían que el momento había llegado.

Bunbury apareció vestido de rojo, con camisa oscura, botas negras y gafas oscuras, fiel a su estilo. La noche arrancó con Otto e mezzo, y con eso, el público comenzó a soltar la emoción contenida.

Más allá de lo musical, lo visual se llevó buena parte del show. En las pantallas aparecieron gráficos que recordaban a un circo, con imágenes de un payaso que giraba y abría la boca, dándole una atmósfera con alusión al del Freak show (una de sus giras pasadas).

El repertorio incluyó 24 canciones, combinando clásicos y nuevos temas como:
El extranjero, Infinito, Big-bang, Las chingadas ganas de llorar, Apuesta por el rock ‘n’ roll, Lady Blue, Parecemos tontos, Serpientes y El jinete. entre tema y tema se escuchaban las porras al unisono,

Enrique, Enrique, Enrique…

Durante el concierto, Bunbury se mostró conmovido, con lágrimas en los ojos. Al hablar del cariño mexicano, soltó:


“Tláloc ha hecho una pausa para que podamos disfrutar de estos 20 años con el Huracán Ambulante”.

Esta presentación en la CDMX se sumó a las ya ofrecidas en Querétaro y Monterrey. Después del encore, regresó con una sonrisa y lanzó al público:

“¿A los mexicanos parece que el agua los ha dejado mudos, o ya se cansaron?”,

provocando una nueva ola de gritos.

El regreso de Bunbury a México tiene un peso especial, no sólo por la pausa que tomó de los escenarios hace un par de años, sino porque muchos pensaban que no volvería a girar. La emoción entre los asistentes fue reflejo del vínculo que ha construido con varias generaciones.

Con esta fecha, Bunbury dejó claro que su lugar en la historia del rock en español sigue firme. No hubo efectos de más ni discursos largos, solo canciones, entrega y un público que, pese al clima, no dejó de corear ni un segundo.


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