Pedro Andreu, baterista de Héroes del Silencio, anunció entre lágrimas que no podrá tocar en sus conciertos en México por razones de salud. Las fechas siguen en pie como homenaje, con tres bateristas mexicanos al frente.

Fue una de esas tardes que te aprietan el pecho. No por el calor, ni por la ciudad, sino por lo que se siente cuando un ídolo habla desde la entraña. Pedro Andreu, legendario baterista de Héroes del Silencio, se presentó este martes en el PlayHaus by Totalplay de la CDMX para dar una noticia dura: no podrá tocar en los conciertos que tenía agendados en México este mes, debido al enfisema pulmonar que padece.
Con voz entrecortada, tanque de oxígeno a un lado y el corazón en la mano, Andreu confesó que el mal de altura lo golpeó apenas bajó del avión. En Toluca alcanzó a tocar dos rolas en el Kiss Lounge, pero en Hendrix Satélite ya no pudo más. Aun así, se presentó con oxígeno, no para tocar, sino para estar.
“Me duele profundamente no poder tocar. México me ha dado tanto, me ha hecho sentir más vivo de lo que a veces mi cuerpo permite. Pero aquí estoy… y estaré en cada concierto, aunque no desde la batería, sí desde lo más profundo de mi ser”,
soltó frente a decenas de medios.
Las fechas del 11 y 12 de julio en La Piedad Live Music, en la Ciudad de México, y el 19 en el C3 Roof Stage de Guadalajara no se cancelan. Se transforman. Así lo dijo Alejandro Pamanes, de Artemisa Music, quien tomó la palabra con firmeza:
“Desde que Pedro pisó tierra mexicana, hemos estado atentos a su salud. Jamás haríamos algo que no esté a la altura de lo que representa”.
Y lo que representa Pedro no es solo un músico: es un símbolo. Por eso el proyecto sigue, ahora como homenaje en vida. Tres bateristas mexicanos tomarán el relevo, no para reemplazarlo, sino para acompañarlo. Elohim Corona (Moderatto), Gil Santiago Rangel (DLD) y Eduardo Carrillo (Ágora) pondrán el ritmo a los conciertos. Carrillo, presente también en la conferencia, fue claro:
“Tocar en estas fechas no es un encargo, es un privilegio. Pedro nos marcó a todos. Y hoy estamos aquí para abrazarlo con música”.
Lo que iba a ser una gira conmemorativa, ahora es otra cosa: un acto de gratitud colectiva. En cada canción, en cada golpe de batería, habrá algo más que música: habrá respeto, historia y cariño. Entre los asistentes, alguien lo resumió bien:
“Estas fechas no son solo un show. Son una manera de decirle a Pedro que su historia sigue escribiéndose, que aquí seguimos escuchando cada golpe de tambor como un latido”.
En estos días en los que muchas veces la industria se mueve por intereses, Artemisa apostó por hablar de frente, por no disfrazar nada, por cuidar a su artista y a su público. Eso no se ve todos los días.
Pedro Andreu no vino a hacer ruido con tambores, sino con presencia. Está, aunque no toque. Y eso, para muchos, vale más. Porque hay artistas que no necesitan estar en el escenario para seguir sonando.
Y Pedro sigue sonando. Más que nunca.
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