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Botellita de jerez.

Descubre el impacto del primer disco de Botellita de Jerez, su innovador guacarrock y las polémicas que generó. Un álbum clave del rock mexicano que fusiona tradición y rebeldía.

El disco empieza con una canción que determinó el eslogan de Botellita: “Guaca rock”. Desde entonces, el ritmo que toca el grupo lleva ese apelativo, guacarrock. La canción en esta grabación no alcanza adjetivo alguno, sin embargo, con los años y la experiencia adquirida por los Botellos al interpretarla, alcanzó el estatus de representativa. Es un crossover que va más allá del guacamole, ya que rica con el tradicional grito danzonero: Heyyy familia: guacarrock dedicado a la chata y amigas que la acompañan. Inmediatamente se escucha un requinto rocanrolero chuckberriano; compases adelante, la misma guitarra emite retraídamente la melodía del danzón “Nereidas”; la pieza remata con sonidos de rock ochentero.

En total, son cinco canciones las alineadas en el Lado A del LP: “Heavy metro”, «Buscando la fama», «De fábula» y «Saca»: Saca el zacatito / pa´l conejito / saca el sacamuelas / y estaba pelas, dice una parte de esta última canción.

El Lado B abre con «Charrock and roll», que inicia con una guitarra que trata de imitar los sonidos del «Son de la negra»; la letra es un corrido campirano / citadino: Voy a mentarles una historia muy contada / lo que en un hoyo muy pesado sucedió / un charro negro interrumpió a media tocada / pistola en mano su caballo nos echó / los chavos de onda se prendieron con la afrenta.

El segundo corte es «San Jorge y el dragón», canción que cuenta la desventura de un dragón que trabajaba de tragafuegos en un crucero; «Simpatía por el débil» viene en los créditos como el otro nombre de este corte. El número musical / letrístico que sigue es «Oh Dennis», letra construida con palabras gabachas: Oh, Dennis, no la´gas de Toks en Wings. La siguiente canción es quizá la que posicionó a Botellita en el gusto de los chavos:

«Alármala de tos», rola basada en los titulares de la revista Alarma!: Siguiola, atacola, golpeola, violola y matola, con una pistola.

El disco termina con «Los maderos de San Juan», canción infantil a ritmo de guacarrock.

La aparición de este primer disco de Botellita de Jerez provocó infinidad de comentarios: defensores a ultranza y denostadores radicales. Fue una producción polémica que devino en un nuevo modo de ver / escuchar y comentar un LP. Algunos opinaban que el rock de Botellita alojaba sin pudor sólo ocurrencias. Otros alabaron el nuevo modo de decir y fusionar el rock. Lo cierto es que, con los años, el proyecto de Armando Vega Gil (qepd), bajista; Francisco Barrios, batería y Sergio Arau en la guitarra -los tres vocalizan- continuó. Y veinticinco años después se pudo constatar: además del estreno de la película «Naco es chido. La verdadera historia de Botellita de Jerez», el trío se reunió bajo el proyecto «El Regreso del Hijo del Guaca Rock» y retomó algunas de las canciones de este primer álbum para interpretarlas en sus conciertos realizados en los albores de la segunda década del año 2000.

Ciudad, autoridad, romance y mitos urbanos nutren las canciones de este elepé.


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